
ANÁLISIS ESTRUCTURAL
Versos
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y libranos del mal. Amén.
- Soldadito, soldadito. ¿De la guerra viene usted?
- Si, señora de allá vengo. ¿Por qué me lo pregunta usted?
- Por si ha visto a mi marido en la guerra, alguna vez.
- Si lo he visto o no lo he visto dígame las señas de él.
- Mi marido es alto y rubio, vestido de coronel y en la punta de la espada lleva un pañuelito inglés, que bordé cuando niña, cuando niña en mi niñez.
- Por las señas que me ha dado, su marido muerto es, y en su testamento ha dicho que me case con usted.
- ¡Eso sí que yo no hago!, eso si que yo no haré. Siete años lo he esperado, otros siete lo esperaré; estas tres hijas que tengo ¿Dónde las colocaré? Una en casa de Doña Ana, otra en casa de la Inés, y la más chica que tengo, conmigo la dejaré para que me lave, me planche y me haga de comer.
- Mire usted la picarona. Si se supo defender siendo yo su amado esposo y ella mi amada mujer.